La vida del emprendedor
¿Quién es el emprendedor? ¿Cómo piensa? ¿Qué le mueve? ¿Quién puede ser emprendedor?
Estas son algunas de las preguntas que nos podemos hacer, hoy que está a la orden del día, emprender.
La gran mayoría de los seres humanos han sido educados para estudiar, hacer una carrera, buscar un buen lugar de trabajo y que una vez conseguido ya no tenga que preocuparse más de donde vendrá su fuente de ingresos. Cobrará un sueldo cada mes y adaptará su vida a este sueldo, esto implica la casa o piso donde vivirá, la ropa que llevará, donde irá de vacaciones, donde llevará sus hijos en la escuela, las veces que saldrá a comer o cenar con la familia en el restaurante y lo que pedirán. Incluso determina la calidad de la comida de que se alimentarán. Toda la vida vendrá determinada por aquel sueldo, que parece que da una cierta seguridad.
A veces sin embargo, puede no ser tan buena opción, por muchos aspectos. Algunas de las causas son la rutina, que hace vivir un mismo día durante cuarenta años. Algunas personas sienten que no están desarrollando todo su potencial y que serían capaces de hacer más cosas, ofrecer más a la sociedad. Para otros, su frustración es que se ven poco valorados por los jefes o en situaciones de competencia con sus compañeros. Pero pensar en cambiar, en buscar otra cosa es entrar en el terreno de lo desconocido y con el miedo de salir de la zona de confort y perder esta psedo-seguridad.
Un emprendedor cree en su valor y sus ideas, y está dispuesto a arriesgar con el fin de acercarse a lo que le hace vibrar y sentirse vivo, es quien está dispuesto a luchar por su visión y sus ideales. El emprendedor no trabaja por un sueldo a fin de mes sino que visualiza los resultados que quiere conseguir y está dispuesto a fracasar las veces que haga falta hasta conseguirlo. Como dice la frase: “el éxito oculta toda la multitud de fracasos”. Y esta actitud de no desfallecer es la que lo guía hasta el final, tal vez ésta sea una de las características más grandes del emprendedor, que no se rinde. Que sabe que cada derrota es un aprendizaje para redirigir y seguir hasta conseguir su objetivo.
Otra de las actitudes del emprendedor es que controla todos aquellos detractores de su proyecto, ya sean externos o internos. Cuando uno emprende debe pensar que a su alrededor encontrará todo tipo de detractores, familiares, amigos, conocidos, que con toda su buena intención lo quieren proteger del “desastre inminente” que ven. Y lo ven justamente porque nunca ha habido la cultura del emprendimiento, sino la del asalariado y si puede ser funcionario, mejor. Pero hay más, porque existe el detractor más peligroso que es… nuestros propios boicoteadores, nuestro diálogo interno. Aquel que también ha sido educado como el resto de la sociedad y que te dice que tú no vales, que lo que quieres hacer es demasiado grande, que no lo conseguirás. Y es claro que un emprendedor puede tener dudas, pero a diferencia del asalariado gana tanto la batalla externa como la interna y apuesta por probarlo, para hacer caso a su anhelo de superación, por la pasión que le da pensar sólo en el camino y el resultado, al demostrarse y demostrar que sí es posible.
Y para conseguir este nivel mental, dominar los boicoteadores, fortalecer el propio ser y conectarnos con la visión, con las posibilidades y con el camino de conseguirlo no hay nada como la lectura. Los libros nos abren a todo un mundo, a un mundo de otras mentalidades, de mentalidades ganadoras, de personas que han hecho grandes cosas en la vida y que para conseguirlas han superar un montón de obstáculos. Personas que han superado sus limitaciones iniciales y que cada limitación les ha servido como un escalón. Y peldaño a peldaño han conseguido subir la escalera a su objetivo.
Por otra parte el emprendedor es proactivo, no es necesario que lo manden, no necesita y no quiere que le digan lo que debe hacer y cómo, aunque valora un consejo de otro emprendedor con más experiencia, como también valora el trabajo en equipo, y las aportaciones que hacen, porque sabe que cuando las personas trabajamos juntas por un objetivo común podemos llegar más lejos, nos enriquecemos más y es más divertido.
Nunca ha sido tan fácil emprender como hoy en día, nunca ha sido tan necesario y nunca ha habido tantas herramientas como para educarnos en la mentalidad del emprendedor.
Deje su comentario